el final del curso 2025
Caminamos de nuevo con las siguientes acciones:
La con-secuencia de los números, caminar en velocidades, estirarnos en el suelo y respirar.
Traer algo para cubrirnos los ojos y caminar en la oscuridad.
Las percepciones amarillas del yo se fueron con la luz, cuando caminamos sin ver, y nos sentamos para respirar. Nos dijimos cosas que solo podríamos decirnos a nosotros mismos, hacia el más cercano adentro. Al que descuidamos y ya no prestamos atención, al que dejamos actuar en la autonomía del cuerpo que cree saber moverse, escuchar y ver hablar.
Nos habitamos de nuevo en ese momento, y nos dirigimos con los ojos tapados hacia afuera.
Después de cubrirse, verse y hablarse, quitarse la venda es el acto simbólico que pienso, formó la primera gota de agua que movió las ondas del mar. (puedo sentir que me redescubro y me contesto):
La última misión, fue contarle a personas desconocidas lo que habíamos vivido, fue más sencillo que las primeras veces, creer que podría encontrar una conexión emocional genuina al contar algo tan profundo.
Al subir a la biblioteca me aparecí frente a dos estudiantes de derecho y les conté, parecieron cambiar de cara, y dejar de actuar en automático, pero a manera de defensa, dar un consejo del cual parecían entender muy bien.
Me pareció entonces una realidad compartida en el aire, pero fue un pensamiento de primera intuición.
Al regresar, nos reunimos todos por última vez para contar nuestras razones ocultas:
¨No siento razones suficientes para existir¨ y solo hago arte para que sea una justificación de existir ante los demás.
Todos mis compañerxs vivimos lo mismo, agradezco infinitamente que el maestro que nos abrió un camino inimaginable en lo que puedo llamar, el verdadero aprender, el esforzarse por aprender, el convertir la vida en experiencias significativas y que todos somos humanos vulnerables escondidos en nuestra piel de confianza.
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